Dificultan las posibilidades de unificación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y le crean un clima favorable al Partido de la Liber...
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Dificultan las posibilidades de unificación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y le crean un clima favorable al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para las elecciones del 20 de mayo, el enfrentamiento entre el presidente de esa organización, ingeniero Miguel Vargas Maldonado, y el candidato presidencial, ingeniero agrónomo Hipólito Mejía.
El deterioro de las relaciones de los dos líderes perredeístas tiende a favorecer las aspiraciones del candidato presidencial del PLD, licenciado Danilo Medina.
Son contradictorias las encuestas de credibilidad que se han publicado, unas favorecen a Mejía por un estrecho margen, y otras favorecen a Medina.
El escarceo tiende a favorecer a Medina y le da la oportunidad de introducir cuñas dentro de los perredeístas, aprovechando el enfrentamiento entre sus dos principales líderes y la vocación que tiene ese partido a la autodestrucción.
Las críticas públicas de Mejía contra Vargas Maldonado sobre el uso de los recursos que recibe el PRD por la ley de financiamiento y su poco interés por integrarse a la campaña presidencial fueron el detonante para que las diferencias entre ambos sean colocadas nuevamente en la opinión pública.
En lugar de cicatrizar, se han abierto más las heridas abiertas por el proceso convencional del 6 de marzo del 2011 en que Mejía ganó a Miguel Vargas y éste alegó que Mejía ganó fraudulentamente ayudado por el Gobierno y el PLD que entendieron que el expresidente es un candidato más vulnerable y fácil de derrotar en las eleciones presidenciales.
Mejía le respondió que fueron las bases del PRD las que expresaron que querían como candidato a un hombre experimentado que aunque cometió errores, o también tuvo aciertos durante su administración.
Los seguidores de Vargas Maldonado no se explicaron cómo su candidato perdió la consulta interna en el PRD con el dominio casi absoluto de toda la estructura partidaria y con la inversión de cuantiosos recursos.
Durante 10 meses dirigentes perredeístas preocupados por las diferencias entre Mejía y Vargas Maldonado, trataron de juntarlos para resolver sus diferencias.
Una de las quejas de Vargas Maldonado es el supuesto incumplimiento del protocolo que suscribió con Mejía previo a la convención que establecía la participación del perdedor en los comandos de campaña presidencial y del cual habrían sido marginados sus seguidores.
Este alegato fue ripostado por los adeptos de Mejía citando la incorporación de Alfredo Pacheco y José Leonel Cabrera (Neney), jefes de los comando de campaña interna de Vargas Maldonado.
El presidente del PRD alegó en su momento que acataba los resultados de la convención en contra de su conciencia y como un sacrificio a favor de la democracia.
Las diferencias entre Mejía y Vargas Maldonado se remontan a la negociación que hizo este último con el presidente Leonel Fernández para modificar la Constitución proclamada el 26 de enero y que se conoció como el Pacto de las Corbatas Azules.
Sin embargo, ese pacto que le permitirá a Fernández repostularse en un futuro si lo entiende conveniente, rehabilitó a Mejía para poder optar nuevamente por alcanzar el poder.
Los distanciamientos entre ambos líderes fueron creciendo según el paso del tiempo con la designación de los miembros de la Junta Central Electoral (JCE), la renuncia del administrador del Centro de Cómputos de esa institución, así como la elección de los miembros de las altas cortes realizada por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
Vargas Maldonado calificó como ilegítima la elección por parte del Senado de los miembros de la JCE por entender que favorecieron a miembros del PLD.
Mejía alabó esa designación y remitió una comunicación de felicitación en la persona del presidente de la JCE, doctor Roberto Rosario.
UN APUNTE
Luchas internas en el PRD
Las experiencias y resultados amargos de las luchas internas en el PRD que en varias oportunidades le ha costado su salida del poder, parecería que no ha sido asimilada por el candidato presidencial Hipólito Mejía ni por Miguel Vargas Maldonado.