DOS MINUTOS: Dios está pendiente

Mateo 6, 24-34

Mientras iba manejando su carro, aquel joven vendedor no podía dejar de pensar en la trampa que le habían tendido.

Debido a que se negó a actuar en determinado caso en contra de sus principios, estaba en peligro de perder su empleo. ¡La manutención de su familia estaba en peligro! Se sentía desalentado, y eso es malo para un vendedor, ya que este trabajo necesita una buena dosis de motivación.

Así que, en medio de su angustia, acudió a Dios, y con todas sus fuerzas pidió orientación y fortaleza.

La respuesta de Dios fue una frase que escuchó en su interior: “Atiende al cliente que vas a visitar con tu mayor entusiasmo y haz tu mejor labor de venta”.

Siguiendo aquella Voz, el joven vendedor le pasó por encima a su desaliento y trabajó más y mejor que nunca.

Pocos días después, el recibió una llamada del señor para quien había hecho tan buen trabajo, para ofrecerle un empleo mucho mejor que el que él tenía.

-“¡Qué suerte tuve!”, pensó el joven en aquel momento. -“¡Qué casualidad tan afortunada!”.

Sin embargo, este joven, actualmente retirado después de haber llegado a ser un alto ejecutivo de una importante empresa, no piensa hoy que aquello fue producto de la suerte ni de una afortunada casualidad. Él ha descubierto, a través de muchos sucesos en su vida, que el éxito no depende de la suerte, sino de un trabajo hecho con entusiasmo, tal como él hizo aquel día, siguiendo las instrucciones de Dios. Permítame repetir: siguiendo las instrucciones del Señor.

Él me declaró hace poco que comprende perfectamente lo que quiere decir el Señor en el evangelio de hoy (Mateo 6,24-34).

En efecto, en el evangelio de este domingo, el Señor habla en contra del desaliento, de la angustia y de la preocupación.

Nos dice que si en todo ponemos a Dios primero, todas las demás cosas se nos darán por añadidura.

Nos asegura que Dios está pendiente de nosotros. Que existe la providencia, lo cual significa que estamos protegidos.

La clave de la buena noticia de hoy es la promesa de que si usted pone a Dios por encima de su desaliento, o su tristeza, o de su temor, Él se encargará de que a usted le vaya bien. En otras palabras: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Cuanto emprende tiene buen fin”

Salmo 1 Y no importa cuál sea su problema. Dios sabe lo que está pasando.

Dios está pendiente. Usted está protegido. Si usted pone a Dios primero, lea esto, es para usted: “Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman”.

Romanos 8,28 ¡Este es el fundamento del optimismo cristiano! Amigo, “bástale a cada día su afán” (Mateo 6,34); de modo que pongamos a Dios primero, y seamos felices HOY.

La pregunta de hoy Siempre pido ayuda a Dios para mis proyectos

¿Está bien eso? Está bien, muy bien. Pero hay algo mucho mejor. Es escuchar en silencio cuál es el proyecto de Dios para usted, y entonces trabajar en ello con su mayor entusiasmo.

De esta forma deja de poner a Dios como ayudante suyo, y se convierte usted en su instrumento, en su hijo predilecto.

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Fuente: http://listindiario.com.do/