¿Cuál es el problema?

Luis García Dubus Santo Domingo - “He tratado por todos los medios de resolver este problema, y todo ha sido en vano. Ya no sé qué más hace...

Luis García Dubus
Santo Domingo
- “He tratado por todos los medios de resolver este problema, y todo ha sido en vano. Ya no sé qué más hacer. Me siento desalentado y abatido”.
Jorge estaba refiriéndose a un doloroso y mortificante asunto de relaciones en su familia que lo tenía verdaderamente atormentado.
Él estaba enfrentando una angustiosa necesidad cuya solución no tenía nada que ver con dinero. Ni siquiera con su esfuerzo, inteligencia y dedicación, en vista de que él había agotado ya todos los medios a su alcance. Ese era un verdadero problema.
Nunca olvidaré lo que pasó esa tarde, después de esta conversación.
Salimos juntos de mi oficina y nos dirigimos a la iglesia San Juan Bosco. Fuimos directamente al Sagrario, y allí arrodillados a los pies del Señor, le presentamos el problema de Jorge. Luego nos retiramos tranquilos sabiendo que ya el Señor estaba enterado. Formalmente enterado.
Al día siguiente Jorge volvió a mi oficina y me pidió que volviéramos al Sagrario. Esta vez, sin embargo, no era para pedir. Era “para que me ayudes a dar gracias”. Y según sus propias palabras: el problema había desaparecido.
¿Le sorprende a usted este caso? Pues el evangelio de hoy le va a sorprender aún más. (Lucas 17,11-19) No son dos, sino diez los que fueron donde el Señor con un problema.
Un problema que tampoco se resolvía con dinero, ni con esfuerzo inteligente. Un verdadero problema.
Y el Señor les resolvió el problema a los diez: les curó la lepra. El caso de Jorge me ha servido a mí para alegrarme de estar viviendo en estos días, porque si bien es cierto que al Señor lo asesinaron, también es cierto que resucitó y esta hoy más vivo que nunca.
Y más accesible, ya no esta sólo en Galilea sino en cada Sagrario, e igualmente, en medio de los que se unen apelando a Él.
Y es el mismo Señor. El Señor de los que se reconocen necesitados.
El Señor de los que acuden a El con verdaderos problemas que no pueden resolver con dinero ni con nada.
LA PREGUNTA DE HOY
Si 10 fueron curados, ¿cómo es que sólo uno se devolvía a dar las gracias? Parece que sólo éste, al ser un samaritano despreciado por los judíos, recibió su curación como un regalo inmerecido.
Con nosotros pasa lo mismo. Suponga que una persona se cuide mucho de cumplir exactamente con todas las leyes de Dios, y además va mucho a misa, reza rosarios y da limosna. Pues bien, si esa persona cree que ya con eso se merece que Dios haga lo que ella le pida, su agradecimiento (si es que lo tiene) será mucho menor que el de otra persona que haya comprendido que ella no tiene derecho a reclamar nada a Dios, puesto que todo lo ha recibido gratis por el amor que Dios le tiene, sin ella merecérselo.
Si uno se detiene a meditar todas las ayudas que ha recibido de Dios en su vida, se dará cuenta de lo mucho que Dios le ha amado sin habérselo merecido previamente.
Y ese comenzará a comprender que todo es gracia, todo es don, y todo es amor.
Quizás entonces sea agradecido, muy agradecido.
AVISO: Dirigido a personas divorciadas, viudas o en proceso de separación, tendrá lugar un retiro, (el No 23) del 15 al 17 de octubre próximo. Ha sido una gran fuente de apoyo, de orientación y de acogida para quienes lo han hecho.
Para información llame al 809-532- 7962, 809-531-3623 Cel. 809-773-4151.

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